Los
libelos de sangre o
calumnias de la sangre fueron acusaciones falsas en las que se afirmaba que los
judíos realizaban crímenes empleando sangre humana durante sus rituales religiosos. Esta práctica calumniosa, con alguna excepción aislada de los primeros siglos de nuestra era, tiene su origen en la
Europa bajomedieval. Por regla general, los libelos de sangre culpabilizaban a los judíos de cometer una recreación de la
muerte de Cristo sacrificando a niños cristianos durante la
Pascua judía. Históricamente, estas acusaciones alegaban que la sangre de niños
cristianos era especialmente apreciada. En muchos casos, los libelos de sangre
antisemitas sirvieron de fundamento para que a la víctima se le atribuyera la cualidad de
mártir y, en algunos casos, fuera
canonizada.