La
canonización es el acto mediante el cual la
Iglesia católica, tanto en su rito oriental como en el occidental, declara como
santo a una persona fallecida. Este proceso comprende la inclusión de dicha persona en el
canon, la lista de
santos reconocidos, así como el permiso para rendir culto público y universal a esa persona, a la cual se le asigna una fiesta litúrgica, se le dedican iglesias, capillas o altares, y se reconoce su poder de
intercesión ante
Dios.