La
cetrería es la actividad de cazar con
aves rapaces, especialmente con
halcones,
azores y otras
aves de presa para la captura de especies de
volatería o de tierra. Biológicamente se trata de una
simbiosis entre hombre y animal, una relación en la que ambas especies se benefician. Uno de sus mayores expertos mundiales,
Félix Rodríguez de la Fuente, la definió como «la primera vez en que el hombre no sometió al animal al yugo y al látigo». El humano captura y liga al ave de presa al propio hombre, por
reflejos condicionados, y la entrena en la caza y en la fidelidad. Su pájaro captura entonces otras aves o cualquier otro tipo de presa, generalmente cuadrúpedos pequeños o medianos (conejos, liebres). La cetrería fue una práctica muy extendida en la Edad Media, ligada a la nobleza y a los potentados. Acabó decayendo por el progreso de las armas de fuego y la mayor vistosidad y festividad que se podía ofrecer con las partidas de caza mayor, especialmente la
montería. El
16 de noviembre de 2010, la
Unesco la declaró
Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en una candidatura multinacional de
Arabia Saudita,
Bélgica,
República Checa,
Corea del Sur,
Emiratos Árabes Unidos,
España,
Francia,
Marruecos,
Mongolia,
Catar y
Siria. El
6 de diciembre de
2012, se unieron a esta candidatura
Austria y
Hungría.