La composición fue considerada principio fundamental en el arte europeo hasta principios del siglo XX, cuando es gradualmente desplazada luego de la aparición del concepto de
dadá. El fundamento de la estética formalista, en donde predomina la composición exclusivamente, fue lenta y trabajosamente desplazado por la preeminencia en el significado creado en la imagen. La preeminencia de la composición como estructurante de la obra de arte se vincula más al academicismo del siglo XIX y a las Bellas Artes que al arte contemporáneo que no admite tales reglas (objeto, performance, instalación, artes audivisuales, etc.) En la contemporaneidad el fundamento citado para la importancia de la composición se encuentra en la psicología de la Gestalt, desarrollada a principios del siglo XX. La
composición de las artes visuales son actividades propias del
ser humano, mediante las cuales se satisfacen ciertas necesidades
estéticas y prácticas. Constituyen una unidad orgánica que permite ordenar los elementos conceptuales, visuales y técnicos, necesarios para el acto
creador. La composición de las artes visuales es la forma total con la que se comunica una plástica, la percepción visual es el medio idóneo para acceder a esta
comunicación.