El
condado de Edesa fue uno de los
principados estados cruzados del
siglo XII, centrado en torno a la ciudad de
Edesa, la cual contaba con una larga historia desde la Antigüedad, además de una extensa tradición cristiana. El condado de Edesa era diferente del resto de los principados cruzados, pues se encontraba tierra adentro, rodeado de territorio musulmán, alejado de los demás principados y no mantenía buenas relaciones con su vecino más próximo, el
principado de Antioquía; además, la mitad del condado, incluida su capital, se encontraba al este del río
Éufrates y por tanto en una posición muy oriental con respecto a los demás territorios cruzados. Su parte occidental, al oeste del Éufrates, se regía desde la fortaleza de
Turbessel.