Confessions on a Dance Floor es el décimo
álbum de estudio de la
cantautora estadounidense Madonna, lanzado el 15 de noviembre de 2005 por
Warner Bros. Records. El disco marcó un distanciamiento de su último trabajo,
American Life (2003), ya que incluía influencias de la
música disco de los años 1970 y 1980, así como de la
música electrónica contemporánea. Inicialmente, la intérprete comenzó a trabajar con
Mirwais Ahmadzaï e incluso grabó dos temas para el álbum. Sin embargo, Madonna sentía que su obra no iba en la dirección que deseaba, por lo que inició una nueva colaboración con
Stuart Price, con quien había trabajado en su documental
I'm Going to Tell You a Secret. Cansada de la temática política que había incluido en sus producciones anteriores, Madonna sintió la necesidad de «relajarse y ponerse de buen humor». El disco fue grabado casi en su totalidad en el estudio de la mansión de Price, donde la cantante pasó la mayor parte de su tiempo durante las grabaciones.