Desde la antigüedad se ha observado el movimiento de los
planetas en la
esfera celeste, observando la falta de uniformidad y que aunque su movimiento normal es directo, es decir de oeste a este, a veces, durante un breve lapso de tiempo, incluso retroceden desplazándose de este a oeste, en
movimiento retrógrado.
Tolomeo, para explicar estos movimientos partiendo de una
Tierra inmóvil, que era el centro del universo (
teoría geocéntrica), ideó un sistema de
epiciclos y deferentes. A los planetas
Mercurio y
Venus los llamó
inferiores y a todos los demás
superiores distinguiéndose por su distintos comportamientos respecto al
Sol. Un planeta inferior nunca estaba en
oposición.