Dunstán (
ca. 909 – 19 de mayo de 988) fue abad de
Glastonbury,
obispo de Worcester, de
Londres y
arzobispo de Canterbury.
Canonizado como
santo de la
Iglesia católica, trabajó, principalmente, en la reforma de la vida monástica. Su biógrafo del siglo XI, Osbern de Canterbury, afirma que Dunstán era ducho en «hacer dibujos y escribir letras». Sirvió como ministro a varios reyes ingleses. Fue el santo más popular en Inglaterra durante casi dos siglos y obtuvo una enorme fama por las muchas historias que relataban sus proezas, no siendo menor aquella que le atribuía la victoria sobre el mismísimo
diablo.