Se denomina
edificio de contención, en su utilización más habitual, a una estructura de
hormigón,
acero o una combinación de ambos, construida para encerrar en su interior a un
reactor nuclear. Está diseñado para que, en caso de emergencia, contenga un escape de gases
radiactivos aunque estos alcancen presiones en el rango de 60 a 200 psi (4 a 13.6 atmósferas). La contención es la última barrera de un escape radiactivo, siendo la primera barrera la propia cerámica de la que está construido el combustible, la segunda las vainas metálicas que revisten este combustible y la tercera la vasija del reactor y el sistema de refrigeración.