El
escándalo Watergate fue un gran
escándalo político que tuvo lugar en
Estados Unidos en la
década de 1970 a raíz del robo de documentos que tuvo lugar en el complejo de oficinas Watergate de
Washington D. C., sede del Comité Nacional del
Partido Demócrata de Estados Unidos, y el posterior intento de encubrimiento de la administración Nixon de los responsables. Cuando la conspiración se destapó, el
Congreso de los Estados Unidos inició una investigación, pero la resistencia del gobierno de
Richard Nixon a colaborar en esta, condujo a una crisis institucional. El término
Watergate empezó a abarcar entonces una gran variedad de actividades clandestinas ilegales en las que estuvieron involucradas personalidades del gobierno estadounidense presidido por Nixon. Estas actividades incluían el acoso a opositores políticos y a personas o funcionarios considerados
sospechosos. Nixon y sus colaboradores cercanos ordenaron el acoso a grupos de activistas y figuras políticas, utilizando para ello organizaciones policiales o servicios de inteligencia, como a la
Oficina Federal de Investigaciones (FBI), a la
Agencia Central de Inteligencia (CIA) o al
Servicio de Impuestos Internos (IRS). El escándalo destapó múltiples abusos de poder por parte del gobierno de Nixon, que se saldó con la dimisión de este como
Presidente de Estados Unidos en agosto de 1974. El escándalo salpicó a un total de 69 personas, de las cuales 48 fueron encontradas culpables y encarceladas; muchas de ellas habían sido altos funcionarios del gobierno de Nixon.