La
evolución convergente,
convergencia evolutiva, o simplemente
convergencia, se da cuando dos estructuras similares han
evolucionado independientemente a partir de estructuras ancestrales distintas y por procesos de desarrollo muy diferentes, como la evolución del vuelo en los
pterosaurios, las aves y los murciélagos. Sus semejanzas indican restricciones comunes impuestas por la
filogenia y la
biomecánica de los organismos. Sus diferencias muestran que la evolución ha seguido una ruta exclusiva en cada grupo, dando por resultado patrones funcionales diferentes.