Las
figuras literarias son formas no convencionales de utilizar las palabras, de manera que, aunque se emplean con sus acepciones habituales (a diferencia de lo que ocurre en los
tropos), se acompañan de algunas particularidades fónicas, gramaticales o semánticas, que las alejan de ese uso habitual, por lo que terminan por resultar especialmente expresivas. Debido a esto, su uso es característico, aunque en modo alguno exclusivo, de las
obras literarias.