El
funcionalismo es caracterizado por el utilitarismo otorgado a las acciones que deben sostener el orden establecido en las sociedades, es una corriente teórica surgida en Inglaterra en los años 1930 en las ciencias sociales, especialmente en sociología y también de antropología social. La teoría está asociada a
Émile Durkheim y, más recientemente, a
Talcott Parsons, además de muchos otros autores como
Herbert Spencer y
Robert Merton. El funcionalismo se caracteriza por un enfoque empirista que preconiza las ventajas del
trabajo de campo. En este sentido, los teóricos funcionalistas identifican en sus textos comunicación con
comunicación de masas, porque esa es la realidad de la sociedad moderna. Hasta el
siglo XIX, la mayoría de las labores se realizaban en un gabinete, mediante relatos sesgados de viajeros. El funcionalismo abrió el camino de la antropología
científica, desarrollándose luego con gran éxito en
Estados Unidos. La corriente funcionalista es la escuela más extendida; se ha llegado a naturalizar y se estudia como el paradigma de las ciencias de la comunicación. Esta circunstancia se ha entendido como lógica porque es la perspectiva que mejor se identifica con la dinámica y los intereses del sistema audiovisual.