La
fundición es una forma de
metalurgia extractiva. El proceso de fundición implica calentar y
reducir la
mena mineral para obtener un
metal puro, y separarlo de la
ganga y otros posibles elementos. Generalmente se usa como
agente reductor una fuente de
carbono, como el
coque, el
carbón o el
carbón vegetal en el pasado. El carbono (o el
monóxido de carbono generado a partir de él) saca el
oxígeno de la mena de los óxidos (o el
azufre,
carbonato, etc... en los demás minerales), dejando el metal en su forma
elemental. Para ello el carbono se oxida en dos etapas, primero produciéndose monóxido de carbono y después
dióxido de carbono. Como la mayoría de las menas tienen impurezas, con frecuencia es necesario el uso de un
fundente o castina, como la
caliza, para ayudar a eliminar la
ganga acompañante en forma de
escoria.