Funky, adjetivo derivado del sustantivo
funk (olor nauseabundo), es la forma en que los músicos negros de
jazz de los
años 1950 llamaban a un estilo de hacer música sin complicaciones, fuerte y rítmico, lleno de sentimiento, que reflejaba la herencia del
blues, el
gospel y la tradición africana. El calificativo
funky, por tanto, no significa simplemente música animada y bailable, para lo que ya existía la denominación
groove o
groovy. Por el contrario, hace referencia a componentes como emoción, profundidad, sentimiento. A partir de mediados de los años 1960, se le denominó más usualmente como
soul jazz.