El
genocidio de Ruanda fue el intento de exterminio de la población
tutsi por parte del gobierno hegemónico
hutu de
Ruanda en
1994, año en el que llegó a ser eliminado el 75% de los tutsis. En Ruanda, en el pasado, se distinguían dos estamentos dentro de la etnia banyaruanda a la que pertenece casi toda la población: la mayoría
hutu y la minoría
tutsi, aunque no existe ningún rasgo racial ni lingüístico específico que los diferencie; por lo tanto, después del genocidio, en 1994 ambas distinciones fueron eliminadas de los carnés de identidad.