La guerra de Afganistán es una guerra que enfrentó en principio al Emirato Islámico de Afganistán gobernado por los talibanes y una vez derrocado este, a su insurgencia, por un lado, y a una coalición internacional comandada por Estados Unidos, por el control del territorio afgano. Comenzó el 7 de octubre de 2001 con la «Operación Libertad Duradera» del Ejército estadounidense y la «Operación Herrick» de las tropas británicas, lanzadas para invadir y ocupar el país asiático. La guerra se desató en respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, de los que este país culpó al gobierno del mulá Omar. Para iniciar la guerra, Estados Unidos se amparó en una interpretación peculiar del artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, relativo al derecho a la legítima defensa.