La
Guerra grancolombo-peruana (
1828-
1829) fue un conflicto armado que enfrentó a la
Gran Colombia, conformada por los actuales países de
Colombia,
Venezuela,
Panamá y
Ecuador, contra la
República del Perú. El origen de esta disputa hay que buscarla en la tensión surgida entre los gobiernos de ambos países, no bien consolidadas sus respectivas independencias: el gobierno de tendencia liberal del Perú y el gobierno conservador colombiano, representado por el Libertador
Bolívar. El Perú, tras liberarse del régimen bolivariano o vitalicio, ayudó a Bolivia a liberarse del mismo régimen,
invadiendo territorio boliviano, lo que enfureció a Bolívar. A ello se sumó una controversia limítrofe: la Gran Colombia reclamaba el dominio de las provincias de
Tumbes,
Jaén y
Maynas (estas dos últimas teóricamente por
Ley de División Territorial de la República de Colombia), provincias todas que el Perú consideraba como parte de su territorio, siguiendo el principio de la
libre determinación de los pueblos, fundamentalmente. El Perú reclamaba a la vez a la Gran Colombia la
provincia de Guayaquil. La guerra se dividió en dos campañas, la marítima y la terrestre. La campaña marítima resultó favorable al Perú, que ocupó el puerto de
Guayaquil, mientras que la campaña terrestre fue favorable a los grancolombianos, siendo el encuentro más relevante la
Batalla del Portete de Tarqui. Culminó la guerra con la firma del
Tratado Larrea-Gual o Tratado de Guayaquil, por el que se mantuvo la situación territorial previa al estallido de la guerra, quedando como base de referencia la antigua frontera virreinal para un posterior trazado de límites más preciso.