El
cristianismo en España tiene una larga historia: casi dos mil años, según la leyenda que remonta sus orígenes a la
evangelización de la
península ibérica, en el mismo
siglo I, por el
apóstol Santiago el Mayor (vinculado a las historias de la
Virgen del Pilar de
Zaragoza y del milagroso transporte de su cadáver hasta
Compostela), y por
San Pablo, cuyo viaje a
Hispania es improbable, pero de quien al menos consta su voluntad expresa de emprenderlo:
Tras haber sido impuesto como
religión oficial en el último siglo del
Imperio romano, el
cristianismo sufrió las vicisitudes de una prolongada
Edad Media, que comenzó experimentando la segregación entre el
arrianismo que traían los invasores germánicos y el
catolicismo de los hispanorromanos (hasta la conversión de
Recaredo en
586), para pasar a enfrentarse con el
Islam en la
Reconquista, periodo que presenció tanto la
tolerancia como los intentos de erradicación entre religiones alternativamente dominantes.