Los
jueces de Castilla son dos figuras
legendarias del
Condado de Castilla, que los castellanos eligieron como
jueces propios para resolver sus pleitos, evitando así acudir a la corte
leonesa. Los castellanos se resistían a concurrir a
León para solucionar sus conflictos conforme al
Liber Iudiciorum, debido a la lejanía de esta y la complejidad del texto.