La Habana Vieja es la zona más antigua de la
capital cubana. En su conjunto posee un trazado urbanístico semejante a una gran lente biconvexa de unos 5 km² de superficie, donde todavía quedan restos de las
murallas que durante dos siglos la protegieron con un cerco de piedras y la configuraron como un recinto militar defensivo. El derribo de la
muralla se inició en
1863.