Las
merindades son territorios que estaban bajo la jurisdicción del
merino, un oficial público encargado de la administración económica, financiera y judicial de un territorio. Se establecieron tras la
conquista del territorio occidental del reino de Navarra (
Duranguesado,
Señorío de Vizcaya,
Álava y
Guipúzcoa) en 1200, para establecer un sistema defensivo del resto del territorio. Cada merino mantenía los castillos en perfecto estado y controlaba la actividad militar. Ya en el
siglo XIII, en tiempo del rey
Teobaldo II (1253-
1270), se delimitaron cuatro merindades:
Montaña o Pamplona,
Sangüesa,
Tierra Estella y
Ribera o Tudela, y se les dotó de una organización más racional y eficaz. En
1407 se creó la
merindad de Olite, compuesta por distintas localidades anteriormente ubicadas en
Sangüesa,
Tudela y
Estella.