Un
pigmento —palabra proveniente del
Latín pigmentum—, es un material que cambia el
color de la
luz que
refleja como resultado de la absorción selectiva del color. Este proceso físico es diferente a la
fluorescencia, la
fosforescencia y otras formas de
luminiscencia, en las cuales el propio material emite luz. Muchos materiales selectivamente absorben ciertas ondas de luz, dependiendo de su
longitud de onda. Los materiales que los seres humanos han elegido y producido para ser utilizados como pigmentos por lo general tienen propiedades especiales que los vuelven ideales para colorear otros materiales. Un pigmento debe tener una alta fuerza teñidora relativa a los materiales que colorea. Además debe ser estable en forma sólida a
temperatura ambiente.