La población negra en Argentina, procedente de la trata de esclavos durante los siglos de la dominación española del Virreinato del Río de la Plata, ha contado con un papel importante en la historia argentina. Llegó a conformar más de la mitad de la población de algunas provincias durante los siglos XVIII y XIX, y ejerció un profundo impacto sobre la cultura nacional, aunque disminuyó marcadamente en número a lo largo del siglo XIX.