La
política de Suiza tiene lugar en el marco de una república democrática parlamentaria federal pluripartidista, donde el
Consejo Federal actúa como jefe colegiado de Gobierno. El poder ejecutivo es ejercido por el Gobierno y la Administración Federal. El
poder legislativo federal recae en el Gobierno y las dos cámaras de la
Asamblea Federal de Suiza. El poder judicial es independiente del ejecutivo y del legislativo. Para llevar a cabo cualquier cambio en la
constitución es obligatorio aprobarlo mediante el
referéndum obligatorio. Para realizar cualquier cambio en una
ley se puede solicitar la celebración de un
referéndum facultativo, en los tres niveles de la administración: federal, cantonal y municipal. A través de referendos, los ciudadanos pueden impugnar cualquier ley votada por la Asamblea Federal y, por medio de
iniciativas, introducir enmiendas a la
constitución federal, lo que hace de Suiza el Estado del mundo más próximo a una
democracia directa.