Los
puntos de Lagrange, también denominados
puntos L o
puntos de libración, son las cinco posiciones en un sistema orbital donde un objeto pequeño, sólo afectado por la
gravedad, puede estar teóricamente estacionario respecto a dos objetos más grandes, como es el caso de un
satélite artificial con respecto a la
Tierra y la
Luna. Los puntos de Lagrange marcan las posiciones donde la atracción gravitatoria combinada de las dos masas grandes proporciona la fuerza centrípeta necesaria para rotar sincrónicamente con la menor de ellas. Son análogos a las
órbitas geosincrónicas que permiten a un objeto estar en una posición «fija» en el espacio en lugar de en una órbita en que su posición relativa cambia continuamente. Una definición más precisa pero técnica es que los puntos de Lagrange son las soluciones estacionarias del
problema de los tres cuerpos restringido a órbitas circulares. Si, por ejemplo, se tienen dos cuerpos grandes en
órbita circular alrededor de su
centro de masas común, hay cinco posiciones en el espacio donde un tercer cuerpo, de
masa despreciable frente a la de los otros dos, puede estar situado y mantener su posición relativa respecto a los dos cuerpos grandes. Visto desde un
sistema de referencia giratorio que rota con el mismo período que los dos cuerpos co-orbitales, el
campo gravitatorio de dos cuerpos grandes combinado con la
fuerza centrífuga se compensa en los puntos de Lagrange, permitiendo al tercer cuerpo estar estacionario con respecto a los dos primeros.