Estrictamente hablando, la
razón de Estado es un término empleado a partir de
Nicolás Maquiavelo para referirse a las medidas excepcionales que ejerce un
gobernante con objeto de conservar o incrementar la salud y fuerza de un
Estado, bajo el supuesto de que la supervivencia de dicho Estado es un valor superior a otros derechos individuales o colectivos. Dichas medidas adoptadas pueden ser perfectamente
legales como por ejemplo, la construcción de un embalse que obligue al desalojo de millones de personas para asegurar el abastecimiento de agua, pero pueden también contradecir los principios básicos que defiende el propio Estado, como es el caso de los asesinatos de dirigentes políticos, o llegar al
terrorismo de Estado.