El
Reino de Prusia (en
alemán:
Königreich Preußen) fue un estado que existió desde
1701 hasta
1918. Gobernada durante toda su existencia por la rama franconiana de la
Dinastía Hohenzollern, originalmente estaba centrada en
Brandeburgo-Prusia. No obstante, y principalmente gracias a su poderío militar, logró expandirse territorialmente, y para el fin de la
Guerra austro-prusiana había alcanzado la hegemonía total sobre el norte de Alemania. En
1871, al finalizar la
Guerra franco-prusiana y proclamarse el
Imperio alemán, el Reino alcanzó su máxima extensión territorial. Aunque junto con otros reinos germanos pasó a formar parte del nuevo Estado alemán, era por mucho el más grande e importante, abarcando más de la mitad de la superficie del Imperio, unos 348.780
km² en
1910. Al contar con la mayor economía y el mayor ejército de Alemania, Prusia garantizó su hegemonía política, y desde entonces los Reyes de Prusia fueron también los Emperadores alemanes. En
1918, al ser derrotada Alemania en la
Primera Guerra Mundial, una
revolución socialista derrocó a la monarquía y el Reino se convirtió en el
Estado Libre de Prusia, un estado federado dentro de la
nueva República alemana.