La
santificación es un concepto ancestral generalizado entre las
religiones, una propiedad de una cosa o persona
sagrada o puesta aparte dentro de la religión, puede ser desde tótems pasando por los vasos del templo a los días de la semana hasta un ser humano creyente que logra este estado. La santificación es el acto o proceso de adquisición de la santidad, de hacerse o convertirse en santo. Santificar es, literalmente, "poner aparte para el uso o propósito especial", en sentido figurado "hacer santo o sagrado", y etimológicamente del
verbo latino que a su vez es de se deriva de
sanctus "santo" y "hacer".