Tartessos o
Tartéside (
griego: Τάρτησσος
Tártēssos,
latín:
Tartessus) fue el nombre por el que los griegos conocían a la que creyeron primera civilización de
Occidente. Posible heredera del
Bronce final atlántico, se desarrolló en el triángulo formado por las actuales provincias de
Huelva,
Sevilla y
Cádiz, en la costa suroeste de la
península ibérica, así como en la de
Badajoz durante el
Bronce tardío y la
primera Edad del Hierro. Se presume que tuvo por eje el río Tartessos, que pudo ser el que los romanos llamaron luego
Betis (antes
Oleum flumen = río de
aceite) y los árabes
Guadalquivir (que significa río grande). Sin embargo, hay autores que la sitúan en la confluencia de las bocas del
Odiel con el
Tinto (ría de Huelva), puesto que bajo la propia ciudad onubense es sabido que se hallan sepultados importantes restos. Influyó sobre las tierras del interior y el
Algarve portugués. No faltan propuestas de una posible ubicación en las bocas del
Guadiana o incluso en el
Mar Menor, en el
Delta del Ebro o en el
Tajo. Los tartesios desarrollaron presumiblemente una
lengua y escritura distinta a la de los pueblos vecinos y, en su fase final, tuvieron influencias culturales de
egipcios y
fenicios.