La
Virgen de los Remedios advocación mariana ligada desde sus orígenes a la Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos, conocidos como
Trinitarios, fundada por San
Juan de Mata y San
Félix de Valois y aprobada por el Papa
Inocencio III el 17 de diciembre de 1198; extendiéndose a partir del siglo XIV por Europa y América. El Papa
Juan XXIII aprobó en 1959 el patronazgo de la Virgen de los Remedios para toda la Familia Trinitaria. Numerosas ciudades han tomado a esta advocación como su patrona, y muchas iglesias y templos están consagrados a su nombre. Otras derivaciones de la misma adveración son: Virgen del Remedio y Virgen del Buen Remedio.