La
alcabala fue el
impuesto más importante del
Antiguo Régimen en la Corona del oriente que grababa el volumen del territorio y era el que más ingresos producía a la
hacienda real; pues aunque el
diezmo era aún más importante, su perceptor principal era la
Iglesia, con participación del
rey. La denominación se utilizaba habitualmente en plural:
las alcabalas.