La
Batalla de San Juan de Ulúa (1568) significó el desastroso final de la campaña de una flotilla pirata inglesa compuesta por seis buques, que entre
1567 y
1568, violando sistemáticamente la tregua acordada por
Felipe II de
España e
Isabel I de
Inglaterra, se dedicó al asalto de pequeños puertos y buques mercantes españoles, la trata de esclavos negros y el comercio ilegal en las aguas de la América española.