La
concertina es un miembro de la familia de instrumentos de lengüeta libre. Fue inventado en
1829 (con una patente para una versión mejorada archivada en
1844) por
sir Charles Wheatstone. Normalmente, las concertinas tienen botones en ambos lados finales y se distinguen de un acordeón (de teclado o botones) por la dirección que toman estas teclas al ser presionadas. En una concertina los botones van en la misma dirección que el fuelle, mientras que los botones de acordeón viajan en perpendicular a la dirección del fuelle.