La
conquista islámica de Persia (
637-
651) desembocó en el fin del
Imperio sasánida y la decadencia de la religión
zoroástrica en
Persia (
Irán). Con el paso de los siglos, la inmensa mayoría de los pueblos iranios, incluyendo a los
persas y
kurdos, pasó del zoroastrismo al
islam, sobre todo (aunque no exclusivamente) a su rama
chiíta. Sin embargo, las experiencias de la civilización persa precedente no se perdieron, sino que fueron en gran parte absorbidas por la nueva entidad islámica.