El uso de las
coronas como un distintivo o marca de soberanía es muy antiguo. La primera que se fabricó con rayos derechos y ondeados fue para
Apolonio. El rey latino, que se decía nieto de
Apolo, cuando se formaron los artículos del combate entre
Eneas y
Turno. Traía una corona de oro de doce rayos, según
Virgilio en el párrafo VIII de su
Eneida.