La
crisis de diciembre de 2001 en Argentina, o
crisis de 2001, también referida como
el Cacerolazo o
el Argentinazo, fue una
protesta popular generalizada bajo el lema "
¡Qué se vayan todos!". Sucedió en el marco de una
crisis humanitaria, de representatividad, social,
económica,
financiera y
política causada por una larga
recesión comenzada en 1998. Fue desencadenada por la restricción a la extracción de dinero en efectivo de los bancos denominada
Corralito, dispuesta por el entonces ministro de economía
Domingo Cavallo. La protesta se desencadenó el
19 de diciembre de
2001 y causó la renuncia del
presidente radical Fernando de la Rúa el día siguiente, dando paso a una situación de
acefalía y un clima de inestabilidad social, económica y política que se extendería en los años siguientes. La mayor parte de las personas que participaron en las protestas fueron autoconvocadas y no respondían a ningún
partido político,
sindicato u
organización social estructurada. Durante el transcurso de las protestas, 39 personas fueron asesinadas por las fuerzas policiales y de seguridad, entre ellos 9 menores de edad, en el marco de la
represión ordenada por el gobierno para contener las manifestaciones tras la instauración del
estado de sitio.