Un
domo, en
geología y
geomorfología —y usado por analogía con el término arquitectónico
domo, que designa una especie de cúpula—, es un relieve suavemente ondulado y redondeado. Es, en realidad, un anticlinal abombado por las fuerzas internas que elevan los estratos ejerciendo presión hacia arriba en un punto o a lo largo de una línea relativamente corta. Cuando el motivo de dicho abombamiento es la formación de un
lacolito o
batolito (es decir, una intrusión ígnea), los estratos superficiales levantados resultan rápidamente erosionados y llegan a conformar estructuras de crestas concéntricas conformadas por los estratos más resistentes a la erosión. Es el caso de la
estructura de Richat, en
Mauritania que no es sino un domo anticlinal (sedimentario) casi completamente erosionado.