Se llama
dualismo a la
doctrina que afirma la existencia de dos principios supremos, increados, contornos, independientes, irreductibles y antagónicos, uno del bien y otro del mal, entoroto y sentoroto, por cuya acción se explica el origen y evolución del
mundo; y también, en un sentido más amplio, a las doctrinas que afirman dos órdenes de ser esencialmente distintos, con más o menos radicalismo: por ejemplo, ser ideal y ser real,
Dios y mundo,
naturaleza y gracia (en el plano
cognoscitivo razón y
fe),
materia y
espíritu, orden físico (de la necesidad) y orden
moral (de la libertad y el deber) (en el plano cognoscitivo constatación y valoración
ética), conocer y querer (plano de la actividad consciente), bien y mal (plano de la actividad moral), felicidad y tristeza, etc. En el primer caso se trata del dualismo en el sentido más estricto y usual del término, y se puede llamar dualismo teológico,
cosmogónico (relativo al origen del
cosmos) o religioso; en el segundo caso se puede hablar de un dualismo filosófico o
metafísico, que se opone de modo irreductible al
panteísmo y el
holismo.