La
Edad de Piedra o
Etapa Lítica es el
período de la
prehistoria que abarca desde que los seres humanos empezaron a elaborar
herramientas de piedra hasta el descubrimiento y uso de
metales. La
madera, los
huesos y otros
materiales también fueron utilizados (cuernas, cestos, cuerdas, cuero, etc.), pero la piedra (y, en particular, diversas rocas de rotura concoidea, como el
sílex, el
cuarzo, la
cuarcita, la
obsidiana) fue utilizada para fabricar herramientas y armas, de corte o percusión. Sin embargo, ésta es una circunstancia necesaria, pero insuficiente para la definición de este período, ya que en él tuvieron lugar fenómenos fundamentales para lo que sería nuestro futuro: la
evolución humana, las grandes adquisiciones tecnológicas (
fuego,
herramientas,
vestimenta), la evolución social, los
cambios climáticos, la diáspora del ser humano por todo el mundo habitable (
ecúmene), desde su cuna africana, y la revolución económica desde un sistema
recolector-cazador, hasta un sistema parcialmente
productor (entre otras cosas). El rango de tiempo que abarca este período es ambiguo, disputado y variable según la región en cuestión. Aunque es posible hablar de este período en concreto, para el conjunto de la
humanidad: no hay que olvidar que algunos grupos humanos nunca desarrollaron la tecnología de la
fundición de metales y por tanto quedaron sumidos en una
edad de piedra hasta que se encontraron con culturas tecnológicamente más desarrolladas. Sin embargo, en general, se considera que este período comenzó en África hace 2,8 millones de años, con la aparición de la primera herramienta humana (o prehumana). A este período le siguió el
Calcolítico o Edad del Cobre y, sobre todo, la
Edad de Bronce, durante la cual, las herramientas de esta
aleación llegaron a ser comunes; esta transición ocurrió entre
6000 a. C. y
2500 a. C.