Equivalencia dinámica y
formal son dos técnicas de
traducción. La dinámica (también conocido como equivalencia funcional) intenta comunicar la idea expresada en el texto base (si es necesario, a costo de la literalidad, orden original de las
palabras, la voz gramatical del texto base, etc.), mientras la formal intenta traducir el texto palabra por palabra (si es necesario, a costo de la expresión natural en el idioma blanco). Las dos técnicas representan un énfasis, respectivamente, de legibilidad o de fidelidad literal al texto base. Sin embargo, no hay en realidad una línea fija entre equivalencia dinámica y formal.
Grosso modo, las dos representan un espectro de técnicas traductoras.