La reflexión sobre la
existencia de Dios plantea cuestiones filosóficas fundamentales en relación con la
ontología, e implica un
debate entre diferentes posturas, cuya expresión habitualmente no se limita al mundo de la
racionalidad, sino que se extiende al de las
creencias. El
teísmo y el
ateísmo son las posturas teóricas favorables y contrarias a la existencia de Dios, respectivamente. Por su parte, el
agnosticismo niega la
posibilidad de
conocer la existencia de Dios.