El
epicarpio (del griego epi "sobre" + karpós "fruto", a veces denominado
exocarpio o
exocarpo de exo, "exterior") es la parte del
pericarpio que suele proteger al resto del
fruto del exterior. El epicarpio forma la epidermis protectora del fruto que, a menudo, contiene glándulas con
esencias y
pigmentos. En muchas
frutas se llama comúnmente
piel.