Los
fagocitos son
células presentes en la
sangre y otros
tejidos animales capaces de captar
microorganismos y restos celulares (en general, toda clase de partículas inútiles o nocivas para el organismo) e introducirlos en su interior con el fin de eliminarlos, en un proceso conocido como
fagocitosis. Su nombre procede del
griego phagein (φάγειν, 'comer'), y
-cito, sufijo utilizado con el significado de 'célula', procedente del término
kutos (κύτος, 'cavidad, urna'). Existen muchos tipos de
células capaces de efectuar la fagocitosis; las células del
sistema inmune que la realizan son de vital importancia en la defensa del organismo contra las
infecciones. Están presentes en todos los animales y se encuentran muy desarrollados en los
vertebrados. Un litro de
sangre humana contiene alrededor de seis mil millones de estas células. Fueron descubiertos en 1882 en larvas de
estrellas de mar por
Iliá Ilich Méchnikov. Debido a este trabajo, Méchnikov fue galardonado con el
Premio Nobel en Fisiología o Medicina en 1908. También se encuentran presentes en especies no animales; de hecho, algunas
amebas poseen un comportamiento similar a los macrófagos (un tipo de fagocitos), lo que sugiere que aparecieron en una fase temprana de la
evolución.