Se llama
hielo seco o
nieve carbónica al
dióxido de carbono (CO
2) en
estado sólido. Recibe este nombre porque, pese a parecerse al
hielo normal o a la
nieve por su aspecto y
temperatura, cuando se
sublima no deja residuo de
humedad porque su base no es agua y su estado natural es gaseoso incluso a temperaturas ambientales bajas. Tiene una temperatura de sublimación de −78.5 °C (a una
atmósfera de presión).