En el lenguaje corriente, el término
inconsciente se utiliza como adjetivo para calificar el conjunto de comportamientos que un sujeto desarrolla inadvertidamente, es decir, sin darse cuenta, y que, en general, no dependen de su voluntad. También se puede emplear para describir, con una connotación peyorativa, a una persona irresponsable o desconsiderada en grado sumo, y que lleva a cabo acciones dañosas o peligrosas sin tener en cuenta las consecuencias ni los riesgos. Empleado por primera vez como término técnico en lengua inglesa en 1751 (con la significación de no consciente) por el jurista escocés
Henry Lord Kames (1696-1782), el término inconsciente se popularizó más tarde en
Alemania, en la época romántica, (por ejemplo, en un poema de
Goethe A la luna (1777) se utiliza por primera vez el término en alemán:
"unbewusst") designando un depósito de imágenes mentales, una fuente de pasiones cuyo contenido escapaba a la consciencia.