La
Declaración de independencia de Kosovo fue un acto acontecido el 17 de febrero de 2008 y llevado a cabo por el Parlamento
kosovar de forma unilateral, que declaraba la escisión de este territorio de mayoría albanesa del resto de
Serbia, dando lugar a la creación de un nuevo Estado, denominado oficialmente República de Kosovo, bajo la supervisión de
Estados Unidos y la
Unión Europea. Se trata de la segunda declaración de independencia en la historia reciente del territorio kosovar, ya que el 7 de septiembre de 1990 las instituciones políticas kosovares de mayoría
albanesa proclamaron su independencia respecto a Yugoslavia, aunque esta declaración no llegó a tener efecto práctico.