La
inyección de combustible es un sistema de alimentación de
motores de combustión interna, alternativo al
carburador en los motores de explosión, que es el que usan prácticamente todos los automóviles europeos desde 1990, debido a la obligación de reducir las emisiones contaminantes y para que sea posible y duradero el uso del
catalizador a través de un ajuste óptimo del
factor lambda.