Magistrado (del
latín magistratus) es un término utilizado para referirse a ciertos
funcionarios públicos. Procede de los tiempos de la
antigua Grecia y ha evolucionado en los países de habla hispana para referirse a cargos
administrativos o, especialmente,
judiciales. Su principal función es la de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado. Deben ser independientes (que no sean influidos por otro poder) e imparciales (sin vinculación con las partes pertenecientes al caso).