El
marsupio (del
latín marsupium, bolsa) es la característica más llamativa de los
marsupiales; consiste en un pliegue de la piel que recubre las
mamas y forma una bolsa epidérmica que funciona a modo de cámara incubadora. Las crías de los marsupiales nacen en un estado de desarrollo muy incompleto, casi
fetal, y se arrastran tras nacer desde la
vagina de la hembra hasta el marsupio, donde
lactarán hasta completar su desarrollo.